domingo, 22 de marzo de 2015

ENEMIGOS DE UNA BUENA ALIMENTACIÓN



ENEMIGOS DE UNA  BUENA ALIMENTACIÓN

La alimentación y la salud están relacionadas. Es por ello que, en la actualidad, muchas personas se preocupan por su dieta e intentan vigilar lo que comen: mejorar la alimentación contribuye a mantener un buen estado de salud. Así, es cada vez más habitual que nos preocupemos por comer abundantes frutas y verduras, que evitemos abusar de los dulces y la bollería o que intentemos minimizar el consumo de grasas de origen animal. 

Algunos enemigos de una alimentación saludable
  1. El tamaño de las raciones. Las porciones de alimentos  han aumentado  de forma exagerada en los últimos años, lo cual se traduce, de forma inevitable, en una mayor ingesta. Sin saberlo, al escoger el mismo producto que unos años atrás, obtenemos una mayor cantidad de alimento que, con toda probabilidad, consumiremos en su totalidad. El tema es preocupante, porque nuestras necesidades energéticas no han crecido en paralelo a este aumento de energía consumida (más bien lo contrario), lo que acaba en una ingesta de calorías superior al gasto. Este exceso se almacena en forma de grasa.
  2. ¿Es integral o enriquecido con fibra? Estos dos conceptos no son sinónimos. Refinar los cereales (arroz y trigo, por ejemplo), es decir eliminar la capa externa que recubre el grano, supone perder la mitad de las vitaminas, de los minerales y de la fibra que contienen dichos cereales. De esta manera, el pan blanco o la pasta y el arroz refinados son menos nutritivos y también menos saludables, porque además de nutrientes, el refinado elimina entre 200 y 300 veces su contenido en sustancias fitoquímicas protectoras de la salud. En esta línea, la recomendación de las instituciones sanitarias es que se prioricen los cereales integrales, que no es equivalente a "enriquecidos con fibra", ya que si bien aportarán más cantidad de ésta, no sucede lo mismo con las vitaminas y minerales.
  3. La sal. Este condimento presente en casi todos los alimentos procesados, supone, consumido en exceso, un factor de riesgo clave en la hipertensión y en la enfermedad cardíaca. Es importante saber que solo el 25%-30% de la sal que ingerimos es añadida por nosotros mismos de forma voluntaria. El resto procede del consumo de alimentos tan cotidianos como el pan, la bollería, los cárnicos y derivados, los quesos, las salsas, las conservas, los platos precocinados, etc. Escoger de forma sistemática los productos "sin sal/sodio", con "bajo contenido de sal/sodio" o con denominaciones equivalentes, o mejor aún, lo menos procesados posible, es una gran forma de evitar uno de los más grandes enemigos de una dieta saludable.
  4. El etiquetado. ¿Qué significa que una galleta de chocolate es light?  Un producto puede etiquetarse como "light", "ligero" o con "valor energético reducido" si las calorías se han disminuido, como mínimo, en un 30%. Pero esto no significa, claro está, que sean pocas, sobre todo si el producto original era muy rico en calorías, grasas,  azúcares,.........

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